La trama se inicia cuando el líder del ejército japonés quiere ocupar el dojo en el que entrenan nuestros 3 protagonistas. Estos se enfrentan a él y lo vencen en combate. Antes de que llegue la siguiente partida de militares, el maestro muere. No sin antes entregarle el cinturón negro “Kuro Obi” a su alumno menos aventajado, Choei, para que sea él quien decida quien, de sus dos compañeros, Taikan o Giryu, será merecedor del ansiado cinturón.
Veremos como en el camino para obtener el Kuro Obi nuestros protagonistas toman sendas muy distintas. Taikan intentará demostrarl ser el merecedor, venciendo a todos los grandes maestros de Kárate de Japón, pero a su vez disfrutando de cualquier placer que esté a su alcance. En cambio, Giryu desde una visión más espiritual, simplemente intenta ser digno de las enseñanzas de su maestro e intenta ponerlas en práctica. Los caminos de los dos aspirantes se cruzan inevitablemente en el tramo final de la película. Donde disfrutaremos de un enfrentamiento cargado de emoción, belleza y una ejecución técnica perfecta de la lucha.
Aunque con un guion simple, bien es cierto que consigue hacer que la historia sea muy interesante. El director consigue transmitir la tensión y concentración de los personajes cuando entrenan o están luchando. También cabe destacar la efectiva banda sonora que acompaña y consigue enfatizar las emociones en los momentos adecuados. Casi todo el metraje está rodado en exteriores lo que hace que luzca una fotografía impresionante gracias a los verdes paisajes.
Pero lo más destacable de esta película sin duda es el apartado marcial. Hay que ser consciente que, aunque no lo parezca, nuestros tres protagonistas no son actores, son tres auténticos maestros de Kárate. Tatsuya Naka en el papel de Taikan era séptimo Dan de Kárate Shotokan, Yuji Suzuki que interpreta a Choei era primer Dan en Kárate Kyokushin y por último Akihito Yagi como Giryu era séptimo Dan de Kárate Goju Ryu en el momento del rodaje.
No es extraño que veamos unas Katas perfectas cuando están entrenando o alucinemos cuando practican con el makiwara. También nos muestran la importancia de la concentración y la respiración en este arte marcial. Ni que decir tiene, que en las coreografías de lucha no interviene un cable, efecto especial, artificio con la cámara o el montaje que ayude a exagerar los movimientos, todo lo que vemos es kárate en estado puro. Estas coreografías están ideadas por Fuyuhiko Nishi y el experto karateca Akihiro Noguchi, conocido por colaborar en otra película de artes marciales de aire japonés como Ninja.
Kuro Obi es una película de obligado visionado para los amantes del cine de artes marciales, así como los que quieran conocer un poco más de la cultura japonesa. No es atrevido decir que nos encontramos ante la obra maestra absoluta del Kárate-do. Cualquiera que se acerque disfrutará de una película bien hecha y con corazón. La única pega que se le puede encontrar es que actualmente es imposible encontrarla en nuestro idioma de manera legal.