Seminario con Scott Langley Sensei. Barcelona 2017. Conceptos. Por Sensei Fanny Lichtenstein

Sensei Langley fue asistido en este seminario por Sensei Dídac Arcas, instructor de WTKO-Spain en Barcelona (Dojo Mutokukan) y por Juan M. Ferrero.

Agradecemos muy especialmente el esfuerzo en la labor de traducción de Juan M. Ferrero a lo largo de todo el fin de semana, haciendo más asequibles las explicaciones de Sensei Langley a todos los asistentes.

Igual que en años anteriores, este 2017 hemos inaugurado los seminarios internacionales de WTKO-Spain contando con la presencia de Scott Langley Sensei, 6º DAN y director técnico de WTKO Gran Bretaña e Irlanda, y un referente técnico de primera línea dentro del Karate Shotokan.

En esta ocasión contamos con la asistencia de instructores y alumnos de cinco dojos, Sensei Juan Domingo (Dojo Mushin, JKA), Sensei Ricardo Afonso (Tadaima Dojo, IMAF), Sensei Roger Estapé (Dojo Aitai, JKA), Sensei Xavier Viñas (Dojo Waseda, FCK) y Sensei Dídac Arcas (Dojo Mutokukan, WTKO). La diferencia de procedencias y estilos enriqueció aún más el seminario. Gracias a todos por compartir su espíritu y su práctica este fin de semana.

Este post lo vamos a dedicar a dos aspectos conceptuales que nos transmitió Sensei Langley este fin de semana, muy relacionados entre sí.

Nombres y verbos.

El primero de ellos requiere un cambio de enfoque en el modo de pensar los elementos técnicos del karate. Según Scott Langley, en occidente tendemos a pensar los conceptos de karate en términos de nombres, de sustantivos. Insistió, por el contrario, en pensar el karate en términos de verbos, de acciones, lo que sería más coherente con su significado japonés. Esta diferencia, que puede parecer sólo una cuestión lingüística o de traducción, pasa a ser una cuestión de fundamento en la práctica avanzada del karate.

Por poner un ejemplo, en la ejecución de gyaku zuki, al pensarlo como un sustantivo, como algo acabado con una forma concreta y definida (brazo contrario a la pierna adelantada, posición del torso en shomen, brazo extendido hacia la línea media del cuerpo, hikite de la mano contraria; por hacer una descripción simple) nos lleva a una ejecución basada en la forma, en el final, en la foto. Por el contrario, una ejecución practicada en términos de acción nos libera de esta fijación en la “forma última” para pasar a sentir la técnica como algo que estamos haciendo, que tiene una plasticidad, una capacidad de adaptación y una continuidad en el movimiento que permite liberar la potencia dentro de la lógica de la relación con el oponente, y que pone en juego el kimé y el ma’ai. De esta manera se integra el movimiento de todo el organismo para sentir la potencia del gyaku zuki en todos y cada uno de los elementos del cuerpo que están ejecutándolo, no en “la mano contraria al pie adelantado con posición en shomen y máximo kimé al finalizar”.

Por supuesto que en los estadios iniciales de la práctica, los elementos técnicos se aprenden por descripción de sus partes, y se corrigen en tanto que posiciones más o menos estáticas. El kihon, el kata, incluso las formas básicas de kumite se empiezan a desarrollar como movimientos separados, que deben corregirse de forma independiente y repetirse una y otra vez como una caligrafía. Un énfasis en la acción sin la forma previa probablemente llevaría a los karatekas principiantes a ejecuciones poco claras, y haría mucho más difícil a los instructores el corregir los pequeños detalles.

Pero esta concepción orgánica y total de las acciones/técnicas es a lo que se debe tender a medida que avanzamos en la práctica. De esta manera, automáticamente, la fluidez, la potencia y la naturalidad impactarán en el kihon, en el kata y sobre todo, en el jiyu kumite. Una de las dificultades de este último radica en convertir en un continuo de acciones todo lo que aprendimos como formas, integrándolo al movimiento natural y espontáneo del cuerpo entrenado. Esto se consigue con años de trabajo plenamente consciente en kihon, que se traduce en un trabajo plenamente consciente en kata. Paulatinamente en el kata se van encontrando momentos no-conscientes, espontáneos. En kumite es donde esta espontaneidad adquiere una dimensión total, cimentada en la repetición constante de lo anterior.

Shuhari.

El segundo de los ejes sobre los que giró el seminario es el concepto de Shuhari, que tiene una fuerte relación con el punto anterior.

Shu– aprendizaje y seguimiento de las reglas, de los fundamentos

Ha– romper con las reglas, con la tradición, integrar los fundamentos dándoles nuestra propia interpretación

Ri– trascender, liberarse de la forma

El concepto de Shuhari está muy vinculado al desarrollo de la práctica en karate. Sensei Langley insistió en que la fase Shu es central desde los kyu iniciales hasta 1er kyu. En esta etapa aprendemos primero la forma, y después la vamos asimilando para mostrar, a medida que evolucionamos,  las reglas y los fundamentos de una forma integrada.

Entre 1er Dan y 3er Dan, la práctica debe dirigirse a recoger estos principios dentro de la práctica y darles una forma sólida y personal. Poco a poco la forma estándar dará paso a una apropiación en la que los fundamentos pueden apreciarse y explotarse al máximo transformándolos en función de la práctica de cada uno.

A partir de 4º Dan, el karateka trasciende las formas con una manera única y personal de práctica. Los fundamentos, completamente interiorizados, se reinterpretan tras años de estudio y práctica plenamente consciente. La vivencia personal de cada practicante permitirá distinguir en cada uno su estilo propio y su particular vivencia del Karate Do.

Si retomamos el inicio de este post, la evolución o Shuhari del practicante nos marca un recorrido desde las formas estáticas iniciales, la preocupación por los elementos o unidades que componen cada grupo de técnicas en kihon, en kata o en kumite; a la completa adquisición de estos principios; para después integrarlos liberándonos de la forma y finalmente trascenderlos con un karate personal. La técnica como acción, y no como forma, es un aspecto más de esta transformación, pero fundamental si se quiere convertir lo estándar en algo único.

OSU!!

Fanny Lichtenstein

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